Suavemente, acreciento mi
cabeza,
mi cabeza fatigada,
abrumada de pensamientos,
inertes algunos,
inherentes otros.
Constelaciones…
el carro, el triangulo del verano,
me pasan desapercibidos,
la estrella polar también,
hasta las más fúlgidas
se ven difusas por el cielo,
pero hay una,
hay una que…
nunca había divisado,
tan deslumbrante…
me quedo sin palabras,
yo, conocedor de
las mil y una estrellas,
planetas, astros,
pero ésta…
brillaba demasiado,
te tuve presente en mi mente,
le puse ojos a la estrella,
le puse una bonita boca,
le puse esa chispa
que te caracteriza,
y te vi, vi tu rostro,
vi tu cara adherida
a una pared oscura,
una cara brillante,
hermosa.
Te hablé, me sonreíste,
te sonreí, me sentí satisfecho.

Nunca había hablado
con una estrella.