1.11.06


Una criatura salió, linda, pero aun con la bolsa protectora de la madre, esta la miró, vio, lloro, la acarició, la otra confusa miró, pero nada vio, en un gran vació entró. Sentía, pero nada veía, olía pero a nadie veía. Se levantó y se calló, sus piernas frágiles y pequeñas no estaban preparadas. Su madre atenta, y por instinto la besó. La pequeña lo notó, notó cariño, amor, abrazo, sonrisa y sin embargo no veía. Cierto es que algo veía, un valle oscuro, una casa oscura, un mundo oscuro, nada de luz.
Ella empezó a sentir vacío, oscuridad, soledad. Pidió otro beso para sentirse mejor, pero su madre ya no estaba, cierto es que si estaba, pero no cerca de la pequeña. Esta pensó, amor de madre, pero sin madre. No está, pero estuvo, quien sabe si estará, tal vez mas tarde o nunca. La pequeña escucho una voz interior, pero decidió no hacerle caso, ella no escucho su corazón. Se dejó llevar por el vacío, se calló en el río negro, estaba llena de piedras, ni una flor, todo negro. El río iba rápido, y ella sonrió, se sintió bien mientras soñaba, todo era bonito, no como en la realidad.
La pequeña se dormía cada noche para soñar…