17.2.09


El viento busca romper arboles
con motivos desconocidos
ajenos al ser humano, nosotros
cobardes de raza, valientes
en los momentos placidos,
miramos la brusquedad del viento
a través del cristal,
a la vez que nos adentramos
por caminos desconocidos,
cuidadosamente, con miedo
a lo invisible, hacia nuestras entrañas,
el origen del mal i del bien,
el big-bang, el corazón que recibe la sangre
i los problemas.
Las ideas se disipan por todo el cuerpo,
la piel tiembla, los huesos desaparecen,
una última corazonada.
El viento pelea mas fuerte que nunca
mientras sus rivales permanecen
en pie como soldados preparados
para combatir el caos. Pechos tiernamente
exquisitos, pura lujuria,
combate i hombre se esconden uno detrás
del otro.
En withman permanece la esperanza,
la llama.

La esencia del delito, del amor, está en ti
me dijo Sócrates en la merienda del lunes
en aquel bar francés “mon amour”.
Siempre, por pequeña que sea,
aparece una revolución en lo más hondo del hombre.
De nuevo principio i fin se encuentra en nuestro interior.

12.2.09


Vaig tallant amb els dits
petites ones sobre un mar femení,

a un ritme frenètic no sóc més que plaer
arribant a ser l’únic habitant d’una pàtria compartida.
El saxòfon fa sonar la nota més aguda,
cap paraula -excepte dos o tres- és capaç d’enlairar-se,

tot l’aire i la pols aterra al terra fent un terrible soroll,
el cel i la terra s’emmudeixen,
i ens convertim en essers místics.

Algun mot afectuós
blanc, pur.