La arena arrodillada
pide perdón.
El agua reina en su territorio,
un lugar sin dudas,
sin problemas,
un lugar donde las cosas
son claras, donde,
los hombres son esclavos.

Este sitio que sube para bajar,
tan simple parece,
pero poderoso también.
Ese sitio donde hay
un silencio relativo,
donde las cosas malas se hunden y
las buenas se aparcan en la arena.
Ese sitio donde hay vacíos ocupados
y ocupaciones vacías.
Es un territorio precioso
pero peligroso,
el cielo se oscurece
a la vez que el mar,
y las vidas.
Ese sitio donde hay dos límites,
uno falso y otro débil,
el horizonte y la tierra,
que se ahoga en el mar.